La primera clasificación que se establece en carpintería distingue entre madera maciza y aglomerados.
Madera maciza
Cuando hablamos de materiales macizos, nos referimos a aquellas maderas que proceden directamente del tronco. Son piezas íntegras, que están compuestas sola y exclusivamente de madera. Al ser totalmente naturales, la calidad y el precio son más elevados.
Aglomerados
En el caso de las tablas o tableros de aglomerado o contrachapados, la madera tiene que pasar previamente por un proceso industrial, ya que se elaboran con serrines, colas y celulosa.
Tipos de madera maciza
Maderas blandas
Las maderas blandas proceden básicamente de coníferas (pino) o de árboles de crecimiento rápido. Son las más ligeras, baratas y las más habituales en la mayoría de muebles y estructuras.
Los árboles de crecimiento rápido, perennes y coníferas suelen componer el grueso de las variedades blandas: pino, ciprés, abeto, cedro... La referencia blanda no equivale siempre a madera menos resistente; algunas pueden serlo y otras no tanto. En realidad, nos referimos a que se trabajan mejor, son más dúctiles y, por eso, pueden ser más fáciles de usar según qué casos.
Maderas duras
Las maderas duras proceden de árboles de crecimiento lento (caoba), por lo que son más caras y, debido a su resistencia, suelen emplearse en la realización de muebles de calidad.
Trabajarlas es más complicado porque son menos lisas y tienen más irregularidades, sin embargo, darles forma con máquina suele ser más sencillo. La madera dura produce como resultado muebles de gran calidad y de excelentes acabados.
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